Haupstadt Berlin

por Zugvogelblog

Con Michael Haneke – Così fan tutte

He compartido conversación y almuerzo con Michael Haneke. Ha sido en Berlín, mientras el otoño diseminaba aún haces de luz sobre la planicie de Brandenburgo, la tierra prusiana donde fue fundada esta capital tardía y contestada, con vocación de ave fénix.
Così fan tutte SIN FIRMA  copiaEl director de cine presentaba su última obra: una versión cinematográfica de la ópera Così fan tutte, de Wolfgang Amadeo Mozart, realizada a partir de su propuesta escénica para el Teatro Real de Madrid. El arte que más se parece a la música, en palabras de Haneke, es el cine. Ambos se desenvuelven en el tiempo como un fluído y son encarnaciones del movimiento. Esta película nos brinda la mirada de la cámara de Haneke, de nuevo zooming in on amor, a modo de una segunda entrega de la ópera, en la que muestra lo que él ve de entre todo aquello que vimos en el escenario.   Con HAneke BerlínTRATADALa presentación, la rueda de prensa y las innumerables entrevistas de aquella jornada sacaron a relucir muchos temas, la mayoría de una banalidad aplastante si se considera la obra de un creador de la talla de Haneke. Durante el almuerzo se habló de muchos otros, aunque sin entrar en ninguno relacionado directamente con sus películas, lo que habría  convertido la conversación en otra entrevista aprovechando la mayor intimidad del momento.

Siegesäule, en Tiergarten. El "ángel" es la diosa griega de la Victoria, Niké

Siegesäule, en Tiergarten. El «ángel» es la diosa griega de la Victoria, Niké

Naturalmente, habría deseado embarcarme en un diálogo que diera satisfacción a mi curiosidad egoísta pero una vez delante de Haneke preferí no abusar de su generosidad y paciencia, y resumí que sus obras y lo que creía entender de ellas me hacían pasar momentos extraordinariamente felices y que esa felicidad no estaba relacionada con satisfacciones pasajeras sino con el hecho de saber que hay alguien que puede escuchar con tanta atención, respeto y cuidado el horror de la vida humana. Le escuché a lo largo de varias  horas, y observé que, mientras hablaba, formaba un energético remolino con sus manos; es jovial, risueño y, a la vez, grave. Supe en ese momento que quiero continuar escribiendo sobre su obra y los próximos artículos que aparezcan aquí son, lisa y llanamente, mis respuestas a preguntas que no le hice.

Siegessaule años después de haber acabado la II Guerra Mundial

Siegessaule, tras la II Guerra Mundial

Sus obras muestran que la violencia fluye fácil en nuestras vidas. Aún diría más, que es una parte esencial. Mostrarla en una obra de arte con la precisión que derrocha Haneke equivale, en cierta forma, a indicar sutilmente el lugar que el amor ocupa en la vida humana y lo extraordinario de su naturaleza. Cuando Charles Darwin escribió en sus obras el fruto de sus observaciones y trabajos parecía que ese mundo natural que evoluciona sin descanso desde el éxito orgánico de las primeras proteínas y bacterias, vivía de forma exótica en remotos parajes (que solían ser colonias europeas). Hoy sabemos bien que la vida se abre camino a través de una carnicería permanente cuyo origen podría ser una molécula compleja o un gen, la erupción de un volcán o un asteroide, una explosión atómica o los productos de centros financieros.

Daimler Benz, frente a Niké

Daimler Benz, frente a Niké, símbolo del milagro alemán

La carnicería que muestra Mozart es la de algo que llamamos, por aproximación, «alma humana». Y el instrumento de disección es, en el libreto de Da Ponte, una simple apuesta gioccosa: el amor se rinde con facilidad a una nueva atracción sexual porque el sexo está el primero en el orden del mundo, y, acto seguido, se rendirá a la conveniencia (que es algo así como una alambicada formulación del instinto de conservación). La vida es siempre breve; perseverar, esperar o escuchar con el fin de alterar ese orden primigenio ¿equivalen a un acto moral? ¿Puede ese avance en el ámbito moral ser la aportación individual a un supuesto cosmos en evolución?

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